http://aguachampu.blogspot.mx/googlee3c17284e10b22b4.html . Arquitecta AMLO: El que menos habla es el que más siente

martes, 5 de junio de 2012

El que menos habla es el que más siente

Nunca conté esta historia en lo que va de la clase pero este es un buen espacio para hacerlo. A primera viste me puedo ver como una chava callada o introvertida. Se puede ver que con mis amigos (Mau) no soy así, es cuestión de agarrar confianza, pero eso no es de siempre.

Siempre me ha gustado mi espacio personal y no hablar demasiado con alguien que no conozco o no tengo confianza. Siempre fui de esa manera pero con el paso de los golpes de la vida (jaja) me fui abriendo con el mundo y fue en el momento en que: LA ORATORIA llegó a mi vida que me abrí por completo y ahí va...

Estaba ahí en tercero de secundaría y dijeron: tienen que preparar un tema y hablar de él ya que habrá un concurso de oratoria. Inmediatamente yo dije: puuuta madre, lo peor, en lo que peor me va ahí van a joder. Pero... ¿ya qué? ¿lo tenía que hacer no? Y así pasaron 2 semanas y todas estábamos nerviosas en el salón, cuando entra la maestra, LA HORA LLEGÓ. Fueron pasando una por una y casi todas lo hacían regular, yo pensaba: con que no se me olvide y no me tiemble la voz me basta. Mi turno llegó, me paro, veo a mis compañeras/amigas que en ese momento parecían 30 extraños que me atacaban con sus miradas acuchilladoras. Comencé a hablar y se me olvidaba, logré recordar y lo dije lo más rápido que pude, ya me quería sentar, terminé de hablar y me senté temblando (me reí mucho). No gané, pero por lo menos lo hice.

Después de eso juré nunca más hacerlo. Pero ¿qué creen? Lo hice. En 4 de prepa se realizó un concurso al que no era obligatorio entrar, pero yo dije: si puedo. Preparé mi tema, practiqué y el día llego. Hasta mi mamá fue, cuando vi eso, supe que era en serio. Cuando fue mi turno hable con una voz, con una dicción, con una claridad... sentía que ganaba el mundial. Lo hice excelente, no gané, pero en mi, en Mariana, en mi reto y en mi forma de ser: Me superé, me re-ba-sé. Después de eso me sentí muy bien ya que todos me felicitaron y quedaron sorprendidos por mi forma de orar y de exponer con fuerza mi tema. Gané confianza y me introduje a una disciplina importante en la vida.

Justo después de eso siguieron varios concursos a nivel clase en los que lo hice muy bien pero en sexto de prepa se realizó el típico concurso de oratoria de las preparatorias del municipio, participé. Cuando llegué al concurso que se realizó en mi escuela, había chavos expertos en oratoria, pero no me dio miedo, estando ahí no queda más que subir a hacer tu trabajo. Me subí al escenario y simplemente hablé, expuse, seguridad, confianza, bla bla. En el momento de improvisar un tema en específico, me mostré con más confianza hable como con mis cuates y pues no sabía si me había ido bien o mal, yo sólo lo hice. Cuando llegó el momento de la premiación subimos los 5 chavos finalistas... primero: reconocimiento, segundo: Tercer lugar (braaaavo) tercero: segundo lugar. No me habían mencionado y en su momento dije: ¿Qué, ya me bajo? No había captado de verdad, pero fue ahí cuando de verdad me llené de alegría al saber que había ganado y participaría en el concurso a nivel regional. Sabiendo que mi prepa nunca había ganado en esa disciplina. Me llené de orgullo y supe que todo el esfuerzo que un día emplee para perder esos nervios y madurar en ese aspecto... SIRVIO

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